viernes, 13 de agosto de 2021

Mi castillo de turquesas

 Debería estar mirando la Luna, pero ella está ocupada iluminando al pasado y no la maldigo, más bien la liberé justo a tiempo, la dejé libre porque ya no es como pensaba que eran las cosas, ahora son mejores, ahora es la noche la que me sigue para acurrucarme entre sus brazos y decirme lo mucho que me ama, ahora es la brisa de madrugada que me aconseja para no dejarla y mirarla de reojo como duerme y sin pensarlo fue lo mejor que me podía pasar, quedarme una noche a sus pies para solo apreciar su belleza es la suerte del azar encontrándose con el amor de su vida, es casi un paradigma de inciertos, quién diría que ella se fijaría en mi y que me amaría solo con sus besos, tal cual fue el primero, dulce y veraz, me recordó a los atardeceres que siempre soñé tener y ella me entregó Justo antes que llegara la noche. Jamás me abandona, jamás me lastima y muchos menos me castiga, la inefable versión de amor que me entrega es similar a un castillo de turquesas, y sin explicación alguna esto definitivamente ya no es lo que pensaba, es aún más grande que un castillo, es más grande de lo que esperaba y entre sollozos, sonrío porque cuando pensaba que la luna se había olvidado de mi y tan solo me quedaba disfrutar de mi soledad, llegó ella y aún viéndome frágil y rota fue valiente, más valiente de lo que ella cree que es, me salvó  y no tiene idea de lo mucho que la amo, no tiene idea de qué soy capaz, de entregarle mis manos para que cubran sus heridas y de incendiar un pueblo con tal de no verla llorar.

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